MIRAME CUANDO TE ESTOY HABLANDO!
Cuando estamos hablando con otra persona hay que tratar de mirarla a la cara, de prestarle atención.
La importancia de la mirada en el ámbito social
Cuántas veces hemos escuchado, desde que éramos muy pequeños, esta popular frase en boca de nuestros padres o de nuestros abuelos, -también la hemos, seguramente, escuchado cuando no éramos tan pequeños-. E incluso, se la podemos escuchar a nuestro jefe cuando nos regaña por algo que hemos hecho mal o que hemos dejado de hacer.
Cuando estamos hablando con otra persona hay que mirarla a la cara, a los ojos. Si nos habla otra persona hay que prestarle atención y fijar nuestros ojos en su rostro. No se puede charlar o platicar con una persona mientras echamos un vistazo a nuestro teléfono celular -móvil-, mientras hojeamos una revista o un periódico, mientras miramos, aunque sea de reojo, la televisión o lo que nos ofrece una ventana, etc. No es educado ni apropiado. "A menudo se conoce por los ojos lo que una persona lleva en el fondo de su alma. Se reconoce su bondad o su mala disposición". El modo de mirar es de gran importancia en una conversación y en cualquier otro tipo de comunicación personal.
¿Por qué se desvía la mirada?
Desviar la mirada durante una conversación puede tener múltiples interpretaciones: timidez, falta de sinceridad, temor, sumisión, etc. Cualquiera que sea la causa hay que tratar de evitarla para tener una comunicación fluida y eficaz. Además, es una falta de educación no mirar a los ojos o, al menos a la cara, de la persona con la que estamos charlando.
Pero no solo desviar la mirada es incorrecto y descortés. También es poco educado y muy molesto mirar por encima del hombro; hacerlo es "despreciar" a las personas presentes. Tampoco es correcto mirar por detrás o por encima del hombro de otra persona que lee o tiene algún objeto en la mano -como un teléfono, una tableta, un bolso, una cartera o un maletín, etc.-, para enterarse de lo que está leyendo o de lo que contiene ese bolso, esa cartera, ese maletín, etc.
Unos malos ejemplos 😒
Unos malos ejemplos 😒
No quitarle el ojo de encima
Es bueno recordar que hay un punto intermedio entre desviar la mirada y mirar fija e insistentemente como muestra de poder o desafío. Podemos apartar la mirada unos segundos para "relajar" los ojos y quitar un poco de "presión" a la otra persona. Pero es aconsejable que volvamos a "conectar" con la mirada de la otra persona de forma intermitente para demostrar que le estamos prestando atención y que tenemos interés por lo que dice, que escuchamos a la otra persona. Porque no debemos olvidar que no es lo mismo oír que escuchar.
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